06/07/2011
Cuarta etapa, la etapa en la que ya pasaremos de la provincia de Lugo a Santiago, etapa de los rios como se puede ver en el mapa, es la etapa por la que más tenemos que pasar por el liquido elemento, incluso en uno arroyo para pasar te tienes que mojar. Como todos los días a las seis diana, un buen desayuno para las siete empezar la marcha. El perfil de la etapa no era muy complicado, el típico sube y baja gallego. Clima según parte meteológico nublado pero sin lluvia.
Empezamos la mañana en la espesura de los bosques, con la humedad tipica
Bosques donde se empieza a ver el eucalisto
Camino de tierra con buenas pendientes, que de tanto andar el peregrino, quedan las raices de los arboles, como escalones en el terreno,
O desgastada la piedra de tantos pasos sobre ella.
Aunque a veces el peregrino, si el camino se pone malo, lo cambia, hasta hacer camino nuevo.
Entre las localidades de Casanova y Lebodeiro, se pasa de la provincia de Lugo a la de Santiago.
En
la arqutectura de estos pueblos, van cambiando los materiales, en Lugo
era la pizarra en paredes y techos, aquí en Santiago cambia al granito
en paredes y teja cerámica en techos.
Pasando el granito a formar parte de paisaje,
Con
detalles en piedra del alero o cornisa del tejado, que en realidad no
se si era la maza que utilizaba en cantero para tallar la piedra o otra
cosa
Frente
a la iglesia esta este "cabaceiro", es un gran canasto circular hecho
con palos entrelazados y cubierto de paja que apoyado en una base de
piedra es utilizado para conservar el máiz.
Maíz, que
crece en los campo, sin regar, solamente con la lluvia y humedad ambiente.
Humedad que
hace crecer la yedra, en todo lo que se pueda apoyar.
O helechos
de dos metros de altura.
Humedad que
hace inviable, guardar la paja de cereal o heno en alpacas tradicionales como
en el sur, aquí tienen que hacerlas, con este particular sistema redondo y
plastificado, para su mejor conservación.
Humedad que
hace manar el agua del terreno en mil fuentes en el camino, donde el peregrino
puede aliviar su sed y refrescarse con sus aguas cristalinas.
Agua que va
a desembocar en innumerables arroyos, riachuelos, por doquier, esta etapa, la
recordaré por la de los arroyos, son innumerables, algunos hay que mojarse los
pies. Con innumerable puentes de piedras.
Otros de
madera.
Otros por
puentes de piedra, estrechos solo para peregrinos, con opción de vadeo para
caballería y vehículos a motor.
Con la
unión en seco de las piedra de la barandilla, unidas con grapa metálica.
Entre todas
las curiosidades del camino, costumbre de hacer la misma cosa en las distintas
regiones, utensilios diferentes o aperos de labranza, que he visto en el
camino, el que más me ha llamado la atención y que no conseguí, averiguar para
que era, pues no había ningún paisano cerca para preguntar por la utilidad de
aquel invento, aquella hélice acoplable a un tractor.
Con toma de
fuerza que hace girar a la hélice, latiguillo hidráulico que hace levantar la
hélice, para el trasporte por carretera o baja para la posición de trabajo, en
fin un enigma la utilidad del invento, pero está claro que era una hélice para mover liquido, no aire, no sé si el
paisano lo metía en una piscina para producir olas y dar la sensación de bañarse
en el mar o era para batir un cola-cao gigante, no lo sé, me quedaré con la
duda, ustedes que opinan.
El camino
mientras más cerca de Santiago, más transitado, individual, pareja, grupos de
más de 20 personas, todos juntos apelotonados, como las carreras de la vuelta
ciclista, no sé que pasara cuando pasemos de Melide, que es donde se une el
camino primitivo al camino francés.
Infinidad de personas haciendo el camino, o lo
han hecho, creo que lo ha hecho hasta “Pipi, calzalargas”, pues creo que este
de las pintas era su caballo.
Que esta
pastando al frescor de uno de los frecuentes bosquetes, tupidos de los que no llega la luz del sol al
suelo, haciendo a las plantas completamente diferentes a cuando reciben la luz
del sol.
Como zarzas
espigonas y tiernas. La humedad hace crecer el musgo por todas partes.
Un
chalecito al borde del camino estaba convertido en mueso etnográfico, pero con
los utensilios de labranza y demás cachivaches, fuera colgado en la fachada.
Otra cosa
típica del camino, es si estas pegando al camino, es hacer un albergue “vocacional”, que consiste en parte de su vivienda o construir una edificación anexa a la vivienda, hacer habitaciones para alojamiento de peregrinos, pero
estos albergues vocacionales, no figuran en ninguna guía de albergues con su
localización, ni teléfono, están muchas veces en mitad del campo, fuera de los
pueblos, que es, hasta donde se planifican las etapas, pero tienen que vivir
por la cantidad que existen.
En la etapa
de hoy llevaba tiempo observando, una rodada única, no como ayer que eran dos
en paralelo, que resulto ser un carrito de mano, que hoy, tenían que venir
detrás de mí, pues no estaban las rodada en el camino. La rodada de hoy, al ser
una, era lo que me suponía, un carrito porta equipaje, pero mono-rueda.
A pasar por
su lado, le comenté, si le podía hacer una foto, me dijo que si y en su forma y
acento implícitamente me dijo su nacionalidad, francés.
“Si, pego, espegá, que me peine, que
salga guapó”
Antes de
llegar a Fuleros, el camino se convirtió en un enlosado de granito que en parte
agradecen los pies, pues la pisada es plana.
Al llegar a
Fuleros otro riachuelo más en la etapa, con puente medieval de piedra, ya
citado en el Códice Calixtino, manuscrito del siglo XII, una especie de guía
para los peregrinos que seguían el Camino de Santiago en su viaje a Santiago de Compostela , con consejos,
descripciones de la ruta, con el paso del tiempo esta tomado por la invasiva
yedra.
En fuleros existe
la capilla de San Xoan, la única que he visto, con entrada en mitad del lateral
de la nave principal, no se entra por la parte frontal al altar, como es
costumbre, se entra por el lateral, muy cerca del altar.
Melide ha
tenido un alcalde, que como tantos otros que ven pasar a los peregrinos toda la
vida, no han hecho el camino de Santiago, no saben lo que significa, lo que se
siente en cada pisada. En este caso este alcalde no se le ocurrió otra cosa que
adoquinar, la entrada a la localidad con granito rosa Porriño, pero adoquines
pequeños, de muy irregular pisada, que los pies cansados del peregrino no
aceptan, y busca el borde del césped antes que el bonito camino del señor
alcalde.
Otra cosa
que apoya mi teoría que hay mucha gente relacionada con el camino que no lo ha
hecho, es el anagrama del peregrino, que está en todos los carteles.
Si todos
los hitos kilométricos esta a la izquierda, como es normal en las indicaciones
en una carretera, autovía o cualquier sitio por el que se circule, las flechas
siempre te las encuentras en esa dirección, por que en los carteles, las
flechas están bien, pero la imagen del peregrino están todas, todas, las que
van andando o está en bicicleta esta en dirección contraria, al diseñador le
encargaron una imagen para el anagrama de peregrino en los carteles, y no se
informó en qué dirección tenía que ir el peregrino, por eso las flechas siempre
indican una dirección y el peregrino va para el lado contrario.
Antes de
entrar en Melide, me crucé con este simpático peregrino italiano en dirección
contraria del camino, al comentárselo, se paró a comentarme que venía haciendo
en camino primitivo y que al llegar a Melide, con fin de etapa, iba a ver todo
los monumentos de interés y por eso se acercaba a Fuleros para ver el puente
medieval y la capilla de San Xoan.
Una vez en
Melide, pueblo mayor de los recorridos hasta el momento hay que destacar la
capilla de San Roque, con su cruceiro, que según dicen es de los más antiguos
de Galicia.
Melide es
un cruces de caminos, ciudad comercial,
donde el peregrino puede encontrar, avituallamientos de lo que necesite, hasta
de equitación.
Pero si de
algo, no debe faltar el peregrino es de probar el “pulpo a feira”, plato típico
de la ciudad, según ellos el mejor preparado de toda Galicia.
Ya saliendo
de Melide, hice una parada para reponer fuerza, donde hoy está la Capilla del
Carmen do Castelo y hubo en tiempos un castillo y anteriormente un castro.
Un par de
barritas energética y dos plátanos, un rato de descanso para las sufridas
patitas de atrás y vuelta al camino.
Y retomamos
la marcha, próximo pueblo Boente, a 5.6 Km, retomamos en busca de la amarilla
flecha que nos guía por veredas, caminos y carretera hasta nuestro destino,
Camino que
te sorprende a cada paso con curiosidades, que no te imaginas, como este
auto-servicio, con agua, café, dulces, fruta, frambuesa recién cogidas, todo con su precio y una
caja-hucha para depositar el importe.
El paisaje va cambiando para dar paso eucalipto, ese infame árbol australiano de repoblación para madera, que deteriora los ecosistemas autóctonos, anulando el sotobosque y rediciendo la vida animal en su interior.
Con
ejemplares de buen porte cuando no se crían espesos
En el
camino se empiezan a ver los modernos molinos de viento, para producir
electricidad, aunque vistosamente dejan mucho que desear, pero no contaminan y
es una de las energía renovables en auge, sobre todo aquí en Galicia.
Como
comente en el primer capítulo de esta serie del camino, el camino tiene mil
formas diferentes de hacerlo, planteárselo, cada uno con sus peculiaridades,
una de entre muchas, es la forma de hacer la secar la ropa, si no se seca por
la noche, pues nada, se monta el tendedero a la espalda y ya se secará con el
aire, a lo largo de la etapa.
Como este
peregrino suizo, con los “gallumbos” y calcetines colgados de la mochila o este
otro, que me cruce en la etapa de Triascastela
O este otro
Con este
último peregrino-tendedero coincidí en el albergue en Arzua, después de comer, en el salón de la televisión, donde un grupo de chavales, perteneciente a un
colegio de huérfanos, que llevaban dos días, hospedados en el albergue, porque
una de las profesoras, tuvo una caída y el médico le aconsejo un par de días de
reposo, por la rodilla. El comentaba que salió desde Roncesvalles, sin día de
llegada, él también estuvo varios días parado, por culpa de unas bojas o ampollas, que le
salieron en los pies, producidas por las botas con las que empezó el camino,
eran muy rígida, no apropiadas para el camino, el médico le recomendó que si
quería llegar, unas zapatillas o otras botas más ligeras, por eso se le ve en la
foto con las botas a la espalda.
Antes de
llegar a Boente otro arroyo y otra obra de ingeniería popular para pasarlo
otra muestra de la dureza del camino, mella en los pies del
peregrino.
Por eso
cuando vi este cartel, lo fotografié porque refleja uno de los sentimientos del
camino.
“De poco sirve llegar a Santiago si
antes no viviste el camino”
En Boente
un pequeño pueblín aproveche para llegar la credencial,
De vuelta
al camino dirección a me encontré con uno de los peregrinos, más peculiares, sobre
todo por su carga, si más equipaje que Cristo a las espaldas.
Castalleda
es un bonito pueblo de casa diseminadas por el campo, con pocas casas formado
calles.
A esta
altura de la etapa, la tropa va notando los kilómetros y aprovecha para conversar y hacer amistades entre otros peregrinos
Pero
siempre teniendo cuidado con esos otros peregrinos de dos ruedas que se creen
que tienen prioridad por ir más deprisa.
Seguramente
atendido por la señora de la casa, porque la mujer gallega son de armas tomar,
como ejemplo, esta señora desbrozando maleza, hoz en mano,
En el
camino también se ve, los efectos de los incendios, unos provocados, otros no
se sabe, pero siempre afectan al eucaliptos, la madera se paga más barata, pero
se aprovecha.
Bajando y
subiendo, pero con firme tendencia a bajar, pasamos de los 415 m de altitud de
Castalleda a los 300 m de Ribadixo dabaixo, a las orillas de rio Iso, un bonito
pueblo a las orilla del rio,
con unas
aguas cristalinas y muy frescas, tras cruzar el rio, por otro puente de piedra,
se encuentra un estupendo albergue, donde selle la credencial, en su día fue el
antiguo Hospital de San Antón de Ponte de Ribadixo, en el Siglo XV, y hoy es un
conjunto de casitas de pizarra y granito, unión en los dos materiales gallegos,
Con la
característica de estas construcciones, grandes piedras formando las mochetas y
dintel de puertas y ventanas
Después de
pasar el rio en Ribadixo dabaixo, como es la traducción “ribera baja del rio Iso,
todo es subir hasta Arzua, con pendientes no aconsejables para final de etapa.
Empezaron
aparecer los coches publicidad en los cruces de caminos, señal de que nos
quedaba poco trayecto.
Por fin
Arzua, bonita ciudad, pero como casi todas en el camino, largas en el sentido
del camino o carretera que la cruza, todo el mundo quiera estar en el camino,
no son ciudades con forma más o menos redonda, son alargadas en el sentido de
camino.
Desde la
señal de Arzua hasta el albergue, que tenía reservado, un buen trecho, por fin
el albergue Santiago Apóstol,
La primera
impresión al verle, pensé, 5 plantas, ¿tendrá ascensor, no?. Si, si tenía
ascensor, la verdad que es un albergue moderno, acogedor, amplio y con todo tipo de instalaciones.
Una vez
instalado en la habitación,
Una buena ducha y a reponer fuerzas al
comedor.
En el menú
del peregrino 2 platos, agua o vino, pan y postre, por 9 euros en todos los
sitios, como el albergue tenía comedor, para que andar más, a comer.
Después de
comer, una buena siesta para descansar de la caminata.
Por la
tarde una vueltecita por el pueblo, para hacer turismo, unas compras y estirar
los músculos, suave pero buenísimo.
Sellamos la
credencial en la iglesia, donde tienes que rellenar en un libro, todos tus
datos, nombre, dirección, lugar de comienzo de camino, como lo realizas a pie,
a caballo, en bici, todo para una estadística.
En la
plaza, frente a la iglesia, una fuente, con dos niños y dos ternerillos, en
granito, que refleja el cariño a los animales.
Panorámica
del camino de mañana
De vuelta
al albergue, una forma de hacer el camino es sin mochila, pagas para que te la
lleven al albergue, al lugar de destino, pero eso será más cómodo, pero pierde
encanto y la esencia del camino.
Completamos
el día, con cena, un ratito de televisión para ver las noticias del mundo,
previsión meteorológica para el día siguiente, o rato de tertulia con los demás
peregrinos y a la cama, a descansar para mañana, la ultima etapa.
Continuará….
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