ARZUA - MONTE DO GOZO 34,6 Km.
07/07/2011
Quinta etapa, ultima del camino, aunque compañeros del camino, hacen Arzua – Santiago, creo que no merece la pena hacer 4,5 km, más para amanecer en Santiago, cuando como a mí, me gusta salir a alba y hacer camino en esa mágica hora entre el día y la noche, con el frescor de la mañana, ese aroma del roció y el alegre cantar de pajarillos en los bosques.
Como todos los días buen desayuno y al ataque.
Como todos los días, casi ni un alma, por las calles,
Al salir del pueblo, la luz de alba rompía en el horizonte,
Comenzamos el camino, una húmeda bruma o neblina mañanera, otro aliciente para esta mágica hora del día, aunque como todo es esta vida, lo que gusta a unos a otro, no les va mucho, otro prefieren todavía algo de “cama”
Por ser el último día parece ser que fue el día que menos foto hice del paisaje, será por el gusanillo de llegar o que menos cosa me llamaron la atención, la verdad que el paisaje es más monótono, bosque y bosques de eucaliptos por todas partes.
Cortando los arboles con maquinaria pesada.
Dejando la madera lista para el aserradero.
Bien sea industrial o artesanal como este en el pueblo de Salceda.
Constructivamente los pueblos de la etapa, las construcciones antiguas de piedra, una de las características es la utilización de grandes bloques de piedra en la formación de los huecos, en dinteles, jambas y tozas o antepechos.
Pareciendo auténticos dólmenes que posteriormente se le adoso, una construcción. Las edificaciones más modernas también incorporan este detalle a su construcción.
Tras pasar las últimas casas de pueblo el camino pasa por el monumento de
recuerdo al peregrino holandés Guillermo Watt. El mismo consta de una placa,
con el texto: “Guillermo Watt. Peregrino. Abrazo a Dios a los 63 años, a una
jornada de Santiago, el 25 de agosto de 1993, año santo, viva en Cristo”, junto
a un hueco en el que están colocadas dos sandalias en bronce.
A lo largo del camino se puede observar que se huertos pequeños,
aprovechando cualquier posibilidad para sembrar.
Pero otro cultivo que abunda es el la vid, cultivada en forma de parral, para entre otro su vino con denominación de origen albariño
Pero otro cultivo que abunda es el la vid, cultivada en forma de parral, para entre otro su vino con denominación de origen albariño
Seguía entre eucalipto cuando a 150 m, divisé un perro en el camino, por el
rabicheo, sabía que era un podenco, le silbe y acudió como un cohete, llegando
con una alergia, que al agacharme para acariciarle, casi me pone las manos en
el pecho, parecía que me conocía de toda la vida, podenco de talla media,
pelicerdeño o pelo duro y largo, muy bonito,
Después de llevar un rato a mi lado pasamos por donde estaba parado cuando lo vi, el muy bribón, no tenía mala parada, estaba parado al lado de una alambrada de un cercado con un vivares de conejos, los cuales no se asustaban de los peregrinos, ni del perro aunque los ladrase al verlos, supongo que le tendrían, ya muy visto al otro lado de la alambrada,
Continúe la marcha y el podenco detrás de mí, llego el momento de decirle adiós y obligarle a marcharse para atrás, donde me lo encontré, no quería volverse, si le dejo, llega conmigo a Santiago,
Tanto en su cara como en la mía, fue dura la despedida.
Después de llevar un rato a mi lado pasamos por donde estaba parado cuando lo vi, el muy bribón, no tenía mala parada, estaba parado al lado de una alambrada de un cercado con un vivares de conejos, los cuales no se asustaban de los peregrinos, ni del perro aunque los ladrase al verlos, supongo que le tendrían, ya muy visto al otro lado de la alambrada,
Continúe la marcha y el podenco detrás de mí, llego el momento de decirle adiós y obligarle a marcharse para atrás, donde me lo encontré, no quería volverse, si le dejo, llega conmigo a Santiago,
Tanto en su cara como en la mía, fue dura la despedida.
Siguiendo por los bosques de eucaliptos, entre su hojarasca en el suelo,
Observé las huellas de otro peregrino, que hasta entonces no me había cruzado,
eran dos rodadas paralelas y rueda fina
No pertenecían al matrimonio rumano, de la etapa Portomarin-Palas de Rei, aquellas rodadas eran más gruesas.
Ni tampoco pertenecían al matrimonio francés, de la etapa de Palas de Rei-Arzua, la rodada de su porta equipaje, era una sola
Poco después de encontrar las huellas, alcance el peregrino que las producía, una señora inglesa, con gorrito artesanal.
No pertenecían al matrimonio rumano, de la etapa Portomarin-Palas de Rei, aquellas rodadas eran más gruesas.
Ni tampoco pertenecían al matrimonio francés, de la etapa de Palas de Rei-Arzua, la rodada de su porta equipaje, era una sola
Poco después de encontrar las huellas, alcance el peregrino que las producía, una señora inglesa, con gorrito artesanal.
No era inglesa por las bolsas del Corte Ingles, que llevaba, sino por las cuatro palabras que intercambiamos. El conocimiento de idiomas en el camino es fundamental, aunque muy a mi pesar, lo que menos llevo en mi mochila, pero el espíritu del camino es de idioma universal y une a todos los peregrinos, de todas las lenguas y nacionalidades, de ahí el dicho, “quien no comprende una sonrisa, tampoco comprenderá una larga explicación”
Después de adelantar a la señora inglesa, adelante a una chica japonesa, después del acostumbrado saludo entre los peregrinos, “buen camino”, me contestó algo que supongo sería lo mismo, pero en japonés, después de un trecho detrás de mí a no mucha distancia, me detuve para hacer unas fotos, cuando al pasar a mi lado, se puso a hablarme, y doy fe, que ha sido la vez, que menos entendía lo que me estaban diciendo, al final comprendí que lo que quería era que le hiciera una fotografía, con su cámara. Después de hacerle la foto y devolverle la cámara, me siguió hablando y comprendí que quería hacerme una foto a mí, después de posar para la eternidad y decirme “arigato”, gracias, que es una de las dos palabras que se en japonés, (por las películas), intenté hablando y por señas, dándole mi cámara para que me hiciera una foto a mí y hacerle otra a ella, a lo cual me contesto “Hai”, que significa si,
Los postes kilómetros cada vez marcan menos, la meta esta ya cerca
Antes de llegar a Pedrouzo, último pueblo de importancia del camino, al subir un repecho, se oía, publicidad por un altavoz, con mensaje de albergues, restaurantes, etc, pensé que sería un coche-publicitario por el camino, pero no era otro artilugio
Un carrillo con equipo de sonido y altavoz incorporado.
En el camino la concha peregrina, esta por todos lados, hasta en los muros de contención de los puentes,
Sitios donde los caminantes hacen grafitis, recordatorios de su paso, dejan mensajes, algunos con mucho sentido
En Lavacolla, se formó un pelotón de peregrinos, camine bastante tiempo en grupo, cosa poco habitual, pues pienso que cada uno lleva un ritmo determinado, y no es fácil, compaginar ritmo y cada uno se para donde le llama la atención algo, para fotografiar o para ver, otra cosa es charlar un rato, con gente que ves todos los días, unas de esas personas eran José y Micaela, una pareja de Ciudad Real,
Llevábamos desde el comienzo, haciendo las mismas etapas, y algunos días en los mismos albergues.
El grupo tenia de todo, menos homogeneidad, pero eso es el camino, mil formas distintas en todo, por ejemplo en esta foto, referente al bordón de peregrino, unos de madera, otro de trekking, ajustable en altura, otros un modelo de cada, como el chaval de Sevilla, con camiseta blanca, otros con bastón con la japonesa, mochila verde al fondo, otros con José, con vara de eucalipto,
Otros de difícil apoyo, como el de la chica de mochila amarilla,
Otros como el de este chaval, bastante colorido, que se refrescaba los pies, en el arroyo ante de Monte do gozo, lugar donde antiguamente los peregrinos, se aseaban antes de llegar a Santiago.
otros que parecían de tortura o penitencia, como este apoyado en la puerta del albergue, en el Monte do Gozo,
Vara de pino, recogida en el camino, donde la corteza rugosa, haría una agarre lo mas adherente a la mano.
Era el mío, y los días de calor, con el sudor, gracias al pañuelo, donde le agarraba.
Un camino
forestal que bordea los cierres del aeropuerto de Lavacolla nos acerca al núcleo de población de San Paio
Llegado a este punto los postes kilométricos, dejan de
marcar distancias, pero eso es peor, porque no tienes referencias, ni de lo que
andas, ni de lo que queda
Entre media otra variedad de hortensia diferente
Al pasar por una alambraba llena de cruces con palos de
madera,
Quise quedar constancia de mi paso por este camino
Por el camino también se puede ver, uno de los
despilfarros de país, de las 17 autonomías, todo hay que duplicarlo, a 300
metros
El centro de la televisión gallega y de radio
televisión española.
Por fin llegamos a San Marcos, última localidad antes
de Monte do Gozo.
Los carteles nos indican la llegada,
Un último esfuerzo al ver ya en la cima el monumento a
Juan Pablo II, que conmemora la visita del Papa, en 1983.
Desde cuya cima se puede contemplar y disfrutar de la
visión de la impresionantes torres de la catedral de Santiago, que indican que
el camino a llegado a su fin.
Una foto más para el recuerdo, la despedida de José y
Micaela, pues ellos siguen hasta Santiago.
Una vez coronada la cima, buscamos alojamiento
En el monte do gozo, por alojamiento, no es, todo el que
llegue tiene alojamiento, incluso creo que está sobre dimensionado el número de
plazas. En los años jacobeos, o las veces que ha venido el Papa, para los
fieles que se desplacen a Santiago, tengan alojamiento, puede que la demanda
sea mayor pero para la peregrinación del día a día, esta sobre dimensionado, de
nada vale que aquí haya muchos alojamiento y en las distintas etapas
escaseen, como dice el dicho: “una cadena
es de fuerte, lo fuerte que sea su eslabón más débil”.
Al ser su ubicación en ladera, los edificios están
escalonados
Los pasillos son en rampa.
Una vez localizada la camareta y cama asignada,
Una ducha y a buscar el papeo, que la tropa china, ya
está en ello
Una vez merendado, hacemos turismo por el lugar, en
primer lugar la capilla de San Marcos, donde llegamos la credencial,
Al salir de la capilla, un chaval, con un rollo de
alambre y un alicates, hacia “peregrinos”, como churros, tardaba menos en
hacerlos que en cobrarlos.
Le compré un para Pilar, que estas cosas le gusta, pero tenía
que haber grabado un vídeo, para que viera lo que tardaba en hacerlos.
El pañuelo que llevaba en el bastón, de la asociación
de vecinos del barrio de San Isidro de Don Benito,
Decidí dejarlo atado en la estatuas de bronce de dos
peregrinos que saludan por la llegada a Monte do Gozo y contemplar Santiago
Pero estaba tan solo el pañuelo, que decidí dejarlo con
las piedras que había llevado todo el camino, para depositarlas en vez de en
los postes Kilométricos, en Santiago.
Que mejor altar para las ofrendas, que el monumento al Papa Juan Pablo II.
Por la noche en el comedor de bar, donde cenaba, se me
acerco un matrimonio argentino, que habíamos coincido varios días en el camino,
y ella me dijo “ya sé de qué pueblo es vos, por su pañuelo, pero ¿Dónde está
Don Benito?”, después de ubicárselo, me comentaron que ellos eran de Rosario,
pero llevaban tiempo vivienda en Barcelona.
De vueltas al monte, fuente y monumento que marca los
cuatro kilómetros que quedan.
Una vez en el albergue llame a Pilar, para comentar la
hora de llegada a Santiago y porque parte podíamos quedar para encontrarnos
cuando vinieran a recogerme. Me comentaron que la catedral estaría mañana llena
de policía porque llevaban dando todo el día en los telediarios, el robo del códice
calixtinus, la primera guía de viajes conocida del Camino de Santiago, del
siglo XII,
Que al día de hoy al escribir mi viaje, ya ha sido recuperada, en manos de un antiguo electricista de la catedral.
Continuará…..
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