05/07/2011
Tercera etapa, la etapa más corta de las programadas, etapa que según el parte meteorológico va a ser pasada por agua. Como todos los días a las seis diana, un buen desayuno para las siete empezar la marcha. El perfil de la etapa no era muy complicado, el típico sube y baja gallego.
Empezamos con niebla, entre bosquetes de pinos y robles, intercalados de tierras de labor y praderas de heno para las vacas.
La etapa alterna zonas de camino y anchos arcenes de carretera,
Como ya anunciaba el dia, conocimos el “orballo” gallego, en otros sitio denominado “chirimirri” y en otro “calabobos”, lluvia fina, poco más que nuebla meona, pero que al fina te cala,
Y esa fila continua y dispersa de hormigitas pelegrinas, se convirtió en fila calacoles, cada uno de un color.
Despues de sacar dos veces el poncho impermeable, ponermele, al monento dejaba de llover, al rato volvia a llover, dejaba y como la temperatura era buena, decidi no ponermelo más pues el rato que no llovia, te mojabas más por dentro con el plastiquito, que por fuera cuando llovia
La lluvia trajo el agradable olor a tierra mojada y al hemo del campo.
Se empezaron a ver vegetación tipica de zonas humedas como son los helechos
Otra vegetación tipica de galicia que hizo apto de presencia fue el tojo, que es todavia más espinoso, que la abulaga, en nuestra tierra, vegetación donde es más facil para los conejos defenderse de los depredadores.
Formado marañas casi impenetrables para los perros, por la cantidad de pinchos que tienen.
La lluvia por momento arreciaba con ganas de ser la protagonista de dia
Cuando llueve pasando debajo de los arboles, llueve aunque fuera no llueva.
Parece momento propicio para hacer un alto en el camino y reponer fuerzas, en el camino puedes encontrar alberges y restaurante, con una calidad en el diseño y acabado digno de estar en la guia michelin.
Diseño y cuidado de detalle, hasta en el leñero.
Otra planta que con el clima y la humedad en galicia, crece por todo lados es la ortensia, en todas la variedades de colores.
Aunque con esta humedad crecen hasta la piedras, la hiedra, gatea hasta la copa de los arboles en busca de la luz.
Con la lluvia aparecieron el el suelo unas babosa ó caracoles sin concha, negra, especie que no ante habia visto
Pero especies como los cuervos, grajos y mirlos parecian buscar.
La comitiva de ponchos de colores, seguíamos pasando por aldeas, que ya no tenia en los muros de su viejas casas la pizarra con materia predominante, mezclándose con el granito.
Aunque parte de la comitiva iva más cómoda, que otra, por lo menos los pies sin ampoyas y rozadoras, otras partes no sabemos.
Fuentes por todos los lados, esta con caño de agua para las personas y abrevadero para los caballos.
Y otras sin registro sanitario.
Pueblines donde están preparando el camino, enlosando el suelo,
Y se dejaran de ver las pistas que todo bien rastreador, sabe seguir las huellas, en el camino hay huellas de personas, huellas de caballos, huellas de bicicletas, dos rodadas, a veces prácticamente una, si la bici va en linea recta, una rodada montada sobre la otra, a veces una casi recta y la otra zigzagueando , pero otra huellas son las dos paralelas, desde el primer día de camino, iva siguiendo esas huellas, pero no fue hasta Samos donde averigüe, de quien era y que las producía, aunque ya intuía de que eran.
La producía el carrito con el equipaje de un matrimonio romano.
También hay otras huellas en el camino, pero esa son más fáciles de averiguar de quien son.
Poco a poco fue abriendo el día, dejo de llover,
Al llegar al ultimo pueblo ante de Palas de Reí, en Avenostre, un alegre personaje, un bonito Beagle, con su rabicheo y su alegría, te daba ánimos para lo que quedaba.
En en pueblo tenían un carro ante tirado por bestias, ahora por tractor, para recoger el heno, con las llantas de madera
Otros de leñero
Aunque otros carros estaban reconvertidos en otro usos.
Una vez superado el alto del Rosario, ya se divisa Palas de Reí
Una vez en Palas de Reí, busque para alojarme el albergue mesón Benito, por el nombre parecía apropiado para la gente que venimos de pueblo de Don Benito
Una vez alojado, una buena ducha tonificante, me decidía a merendar cuando me lleve el susto más grande de mi vida, hasta hoy cuando lo cuento, no puedo olvidar el aconjamiento del momento.
Me decido a bajar al comedor, cuando mire el móvil, que le había temido en la mochila, mientras me duchaba y me vestía, cuando le miro y tenia 6 llamadas perdidas de Pilar, en menos de media hora, voy bajando las escalera a planta baja, marcando el número para llamarla y les veo en el vestíbulo del albergue, a ella, a mi hermana y a mi hijo, la primera impresión, con la enfermedad de mi padre, de por medio, el encogimiento del corazón y el nudo en la garganta, fue tal que apenas me salia, el decir ¿que ha pasado?,
Al decirme que nada, que querían darme una sorpresa y verme en la mitad de camino, y como no sabia nada que seria mayor sorpresa, y vaya si fue sorpresa y susto a la vez.
Después de pasar el susto y mal trago, la alegría fue doble de verles, que celebramos en el buen mesón de este albergue.
Después salimos a dar la típica vuelta por el pueblo, de por las tardes, con la cual alucinaron, pues decían que como después de la etapa del día, me quedaban ganas, de patearme el pueblo y aunque les decía que era lo mejor para las piernas, marchar despacito, viendo los monumentos, calles, parques, incluso escaparates, las piernas se mantenían mejor, que estar toda la tarde sentado o acostado como otros peregrinos, no lo comprendieron.
Llegada la hora de marcharse hacia As Pontes, le comenté el fin de etapa del día siguiente, por si querían repetir, sorpresa, que aunque al principio fue un buen palo, al final mereció la pena, pero me dijeron que no, que ya me recogerían en Santiago, que no tardase.
continuará......
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