Una de mis aficiones que todavía no he recogido en este blog, es la criadilla de tierra o trufa extremeña, son unos hongos hipogeos, que se desarrollan enterrados hasta su maduración, en nuestra zona existen tres variedades, sus nombres científicos son:
Terfecia Arenisca ó criadilla blanca
Terferia Claveryi o criadilla roja.
Terferia Extremadurensis o Requeson
La época de recolección es entre Febrero y Mayo, dependiendo mucho de la climatología y humedad de terreno, no solo en la época de recolección, sino que también quieren que el otoño-invierno haya sido húmedo.
Al encontrase bajo tierra, para localizar los turmales hay que ir buscado una planta con la que forma simbiosis, la Tuberaria Guttata
Su tamaño suele variar entre 2 y 8 cm de diámetro.
Al encontrarse enterrada y a veces hasta una profundidad de mas de 10 cm, aunque las más superficiales acaban aflorando a la superficies, agrietando la tierra y formando montículos o unas calvas en el terreno , pequeños redondeles sin hierba, que la experiencia te dice, que hay posibilidad de encontrarla.
Debido a su escasez, las forma de encontrarlas, es conocer bien el terreno y algunas características que suele desarrollar en el, y con la ayuda de un palo acabado en pincho, ir pinchando en los sitios que la experiencia, conocimientos y practica, se intuyen que puede haber, al pinchar, con el pincho, hierro de unos 15 cm de largo y entre 4 y 8 mm de grosor, unido al extremo de una vara
Si la pinchas, si el pulso es el adecuado y conoces la experiencia, es como si pinchases una patata, sientes, que cambia la sensación, de pinchar en tierra, también aunque no la pinches, alrededor de la criadilla, el terreno se reseca, y la sensación, es un sonido más ronco y como crujiente, que solo con experiencia y los sentidos muy adiestrados, se localizan, donde los menos expertos han pasado, buscándolas si detectarlas.
Una vez la criadilla, llega su época de máxima maduración y cuando la profundidad es menor aflora a la superficie, siendo más fácil su localización.
Una vez localizada si en terreno es mas arenoso o la humedad es la apropiada la tierra se desprenderá fácilmente o si están humedad no conviene andar mucho con ellas, hasta no ser lavadas para ser peladas, debido a la arena o chinatillos que se pueden incrustar en la carne, teniendo que quitar mas al pelarlas.
En los 3 años, que llevo cogiendo criadillas, esta es la mas grande que he cogido, aunque mi buen amigo y maestro, Javi, (en la foto del pincho), con mas de 20 años de experiencia, ha visto muy pocas de este tamaño.
Aparte del placer de cogerlas, la criadilla de tierra, es unos de los manjares que nos ofrece la tierra, que quien las pruebas, en sus innumerables formas de cocinarlas, nunca podrá olvidad, que han hecho de ella, unos de los majares más exquisitos de probar, desde que en tiempo de los romanos, ya la buscaban por esta singular tierras extremeñas
Terfecia Arenisca ó criadilla blanca
Terferia Claveryi o criadilla roja.
Terferia Extremadurensis o Requeson
La época de recolección es entre Febrero y Mayo, dependiendo mucho de la climatología y humedad de terreno, no solo en la época de recolección, sino que también quieren que el otoño-invierno haya sido húmedo.
Al encontrase bajo tierra, para localizar los turmales hay que ir buscado una planta con la que forma simbiosis, la Tuberaria Guttata
Su tamaño suele variar entre 2 y 8 cm de diámetro.
Al encontrarse enterrada y a veces hasta una profundidad de mas de 10 cm, aunque las más superficiales acaban aflorando a la superficies, agrietando la tierra y formando montículos o unas calvas en el terreno , pequeños redondeles sin hierba, que la experiencia te dice, que hay posibilidad de encontrarla.
Debido a su escasez, las forma de encontrarlas, es conocer bien el terreno y algunas características que suele desarrollar en el, y con la ayuda de un palo acabado en pincho, ir pinchando en los sitios que la experiencia, conocimientos y practica, se intuyen que puede haber, al pinchar, con el pincho, hierro de unos 15 cm de largo y entre 4 y 8 mm de grosor, unido al extremo de una vara
Si la pinchas, si el pulso es el adecuado y conoces la experiencia, es como si pinchases una patata, sientes, que cambia la sensación, de pinchar en tierra, también aunque no la pinches, alrededor de la criadilla, el terreno se reseca, y la sensación, es un sonido más ronco y como crujiente, que solo con experiencia y los sentidos muy adiestrados, se localizan, donde los menos expertos han pasado, buscándolas si detectarlas.
Una vez la criadilla, llega su época de máxima maduración y cuando la profundidad es menor aflora a la superficie, siendo más fácil su localización.
Una vez localizada si en terreno es mas arenoso o la humedad es la apropiada la tierra se desprenderá fácilmente o si están humedad no conviene andar mucho con ellas, hasta no ser lavadas para ser peladas, debido a la arena o chinatillos que se pueden incrustar en la carne, teniendo que quitar mas al pelarlas.
En los 3 años, que llevo cogiendo criadillas, esta es la mas grande que he cogido, aunque mi buen amigo y maestro, Javi, (en la foto del pincho), con mas de 20 años de experiencia, ha visto muy pocas de este tamaño.
Aparte del placer de cogerlas, la criadilla de tierra, es unos de los manjares que nos ofrece la tierra, que quien las pruebas, en sus innumerables formas de cocinarlas, nunca podrá olvidad, que han hecho de ella, unos de los majares más exquisitos de probar, desde que en tiempo de los romanos, ya la buscaban por esta singular tierras extremeñas